PUEDE QUE A TI TAMBIÉN TE OCURRA ESTO
Cuando se acercan las competiciones, dudas de si lo que has entrenado es suficiente para alcanzar tus objetivos. Esta situación suele darse sobre todo entre la cuarta y sexta semana antes de afrontar el reto más grande que hayas afrontado hasta la fecha a lo largo de tu vida. Cuando el lobo empieza a asomar las orejas, nos entran los miedos y las inseguridades. Es normal, lo desconocido siempre intriga. ¿Seré capaz de conseguirlo? ¿Saldrá todo según lo planeado?
Te cuento esto desde la experiencia:
He preparado a varios/as deportistas de media y larga distancia y he detectado patrones de conducta similares en la última fase de entrenamiento previa a la competición. Por ejemplo, a la chica a la que entreno, próximamente va a afrontar su objetivo principal del año que será ser finisher en su primera media maratón. Hasta hace unas semanas todo eran risas... y ahora, aunque siguen las risas, se palpa el nerviosismo, hace unos días me preguntaba si sería capaz de aguantar.
¿Qué hacer en estos casos? Te voy a dar siete consejos prácticos que a mí me ayudan en estos momentos:
- Echa la vista atrás y tranquilízate. Cuando afloran los nervios y las inseguridades, es muy sano hacer una revisión de tus entrenamientos de los últimos meses. Si al hacer esta revisión ves un plan de entrenamiento con el 80% en verde, puedes estar tranquilo. La cosa marcha bien.
- Por contra, los entrenamientos no son un examen, no se recuperan. Si llevas dos meses sin entrenar bien, un "atracón" de entrenos el último mes no hará que alcances la forma óptima. Es más, puede que por el aumento de carga repentina acabes lesionado. Cuídate y no cometas excesos.
- En la fase previa a la competición, céntrate en ajustar la alimentación, la hidratación, el material y la intensidad de competición. Aunque esto hay que ir entrenándolo durante toda la planificación, en este momento es clave. Recuerda que una competición de media-larga distancia el 50% es correr y el otro 50% es la estrategia.
- Cuando se acerca las dos últimas semanas de la competición, el trabajo ya está hecho. En ese momento toca mantener la forma y descansar. Si en estas semanas te pasas, llegarás "tostado" a la competición. Confía en el proceso. Hay que hacer lo que toca, cuando toca.
- Prepárate para sufrir. En una competición de este estilo, la mente a veces te dirá: "¿Quién te manda meterte en esto? Retírate aquí, será mejor". En esos casos evalúa: si estás poniendo en riesgo tu integridad física y tu salud, retirarse es una buena opción. Pero si solo es cansancio... sigue para delante. Si te retiras solo por cansancio físico y/o mental, después te arrepentirás.
- Estas competiciones son largas y a veces "pasan cosas" (no pienses que va a ser un camino de pétalos de rosas). Haz un listado de todo aquello que se te ocurra que puede salir mal el día de la competición y decide lo que harías en cada uno de esos casos. El anticiparte a los problemas hará que los afrontes mejor. Tener un plan ante la adversidad es clave para alcanzar el éxito.
- Por último, si necesitas ayuda externa, pídela. Recuerda que se trata de tus sueños y de tu salud.
Si te estás planeando entrenar con ayuda profesional, será un placer que hablemos y me cuentes con calma tus objetivos. Revisaremos juntos tus próximos objetivos y daremos forma a un calendario motivante y realista para ti. Veremos cómo dividir tu temporada en diferentes fases de trabajo en función de los objetivos definidos. Te explicaré lo que debes entrenar en cada una de las fases para llegar bien preparado a tus competiciones. Si todo nos cuadra a ti y a mí, ya te explicaré cómo podemos trabajar juntos.
¡Nos vemos corriendo!